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Mi visión de la economía social y solidaria

Miércoles 3 de febrero de 2010, por Camille Chagot

Con los pilares del desarrollo sostenible: lo social, lo económico y lo medioambiental, sumado a lo político y a lo intercultural, lograremos vivir en un mundo más justo, más equitativo, y más respetuoso de los seres humanos y de su medioambiente.

Estos ámbitos me interesan porque hay coincidencias entre los valores de esos ámbitos y mis valores que quiero aplicar en mi vida profesional. Esos valores son la equidad, la solidaridad, la justicia privilegiando las relaciones humanas.

Lo que me parece interesante en el comercio justo y en los micro créditos es que la gente sea actriz de su propio desarrollo, que se haga cargo de su propio destino. No se trata sólo de asistencia o de ayuda sino de darle a la gente la oportunidad de desarrollar sus propios proyectos que después le permitirán vivir correctamente de su trabajo. Ese sistema de solidaridad permite luchar contra las injusticias que aparecieron frente a un tipo de comercio que es cada vez menos equitativo. Representan reales alternativas frente al modelo según el cual se ha desarrollado nuestro mundo este último medio siglo y que nos ha mostrado sus fines.

Un mundo más justo, equitativo y respetuoso

Nos hace falta un sistema que sea más justo. El comercio justo y el micro crédito participan a la emergencia de una economía solidaria en la perspectiva de un desarrollo sostenible. Los valores del desarrollo sostenible, creo que son imprescindibles y que si aplicamos sus principios se logrará realmente un mayor cambio en nuestros modos de vivir que tendrá mayor calidad. Creo realmente que con los pilares del desarrollo sostenible: lo social, lo económico y lo medioambiental, junto con lo político y gracias a lo intercultural lograremos vivir en un mundo más justo, más equitativo, y más respetuoso de los seres humanos y de su medioambiente. Nunca había pensado que el comercio o los créditos bancarios podrían interesarme, ya que desconfía totalmente en el sistema actual, para mi comercio era sinónimo de robo y de sacar provecho de los que han sido debilitados por el sistema. Aquí no es sacar provecho, ni hacer fructificar sino permitir desarrollarse y vivir correctamente.

Mi mayor expectativa es profesionalizarme para que cuando regrese a Francia tenga las herramientas prácticas para trabajar en este ámbito. También quiero que sea una experiencia en la cual aprenderé y compartiré con los demás. Quiero después trabajar desde Francia con los distintos actores de la economía social y solidaria entre América latina y Francia, dar a conocer y desarrollar esos sistemas alternativos para salvar a actividades, sensibilizar a la gente sobre la solidaridad, el consumismo, el materialismo y repensar el sistema en el cual estamos acostumbrados: productivismo, búsqueda del crecimiento sin preocuparse por las repercusiones. Creo que hay mucho que aprender de América latina en Europa, en cuanto a los sistemas de participación y de organización del pueblo. Esa práctica será otra ocasión de irme al descubrimiento del continente. Siempre quiero ver más, y tengo muy claro que nunca estaré saciada de eso.